Muchas veces nos concentramos en pensar sobre las estrategias y los bonos que se pueden usar para ganar en un casino; sin embargo, los casinos son una fuente de entrenamiento por donde se le vea. Es por eso que vamos a explorar algunas de las anécdotas que rodean a estos establecimientos.
El mundo del casino atrae a toda clase de personajes
¡No te podrías imaginar la variedad de lectores que tenemos en este página web! Pero no es de sorprender, ya que los casinos reciben a toda clase de personas, algunas un poco más cuerdas que otras.
Y es que hay caracteres de todo tipo: hace años un hombre de Kenia apostó todo lo que tenía en un tiro de la ruleta… el cual perdió para su desgracia. Así que tuvo que dar su dinero… ¿no? Sí: ¡pero solo después de correr del equipo de seguridad y metérselo todo en la boca!
Obviamente, esto puede pasar como un momento de locura, pero hay cosas peores, como la ingenuidad. ¿No nos crees? Pues una mujer ganó más de mil dólares en los Estados Unidos dentro del casino, solo para ser deportada al intentar cobrar sus ganancias… sin una identificación. ¡Era una indocumentada!
Por supuesto, estas no son las únicas personas que llaman la atención en los casinos; de hecho, los que más noticias generan son aquellas que han ganado mucho dinero o con todo en su contra.
La suerte le sonríe a todos los que juegan
Un caso muy famoso es el del multimillonario Kerry Packer, quién QUEBRÓ un casino al ganar $300.000 jugando grandes sumas de dinero, algo que, por desgracia, la empresa no pudo soportar.
”¡Pero él era un millonario!”, y sí, sin embargo, no puedes decir lo mismo de un abuelita que hace algunos años inundó las noticias al ganar hasta 154 tiradas en el juego de los dados... ¡consecutivas! ¿Cuánto ganó? Podrá ser vieja, pero no tonta: nunca lo reveló.
También hay jugadores que viven entre la ingenuidad y el peligro, como es el caso de Ashley Revell, quién apostó el dinero que consiguió al vender su casa y carro es una sola tirada de la ruleta... la cual ganó.
Otras curiosidades en la industria
Podríamos pasar horas escribiendo sobre las distintas supersticiones de las personas al jugar en un casino: desde las patas de un pobre conejo hasta “probar las máquinas calientes”, sin embargo, hay temas más interesantes.
Uno de ellos, por ejemplo, es que durante los años 1932 y 1967 hubo un casino clandestino en la Prisión Estatal de Nevada, cuyas ganancias eran utilizadas para mejorar la vida dentro del recinto.
Y por último, una anécdota curiosa: durante la Guerra Fría, los Estados Unidos probaban bombas nucleares a poca distancia de Las Vegas, lo que convertía a la ciudad en un asiento de primera fila para ver las capacidades destructivas del ejército.
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